Además de todos los retos inherentes, el hecho de poder contar con tres semanas de tiempo libre en el repleto calendario de Pol ya era como subir una montaña proverbial en sí mismo. Y el hecho de afrontar todo esto sin experiencia en la escalada de montañas en moto, y teniendo que contar además con los efectos de la altura en el organismo, supuso un reto añadido. Y aunque Pol se preocupa muy mucho de estar en forma, el ingeniero encargado de preparar el combustible para su Yamaha no lo veía posible.

Porque por culpa del fino aire de la troposfera, el motor se ahogaría literalmente. “No es posible”, dijo el ingeniero. Estaba claro que la habilidad por sí sola no iba a concederles ascender a este pico entre picos. El equipo cruzó los dedos, esperando que la suerte ayudara, porque la iban a necesitar.

Pol está obsesionado con eso de “tomar las rutas menos transitadas”. El lugar elegido fue el pico Mercedario, en los Andes. Los récords previos de altitud en moto se habían conseguido en el volcán Ojo del Salado, más “fácilmente accesible”. “El motivo principal de nuestra expedición fue poner a prueba la moto y al piloto en las peores condiciones posibles, realizando una acción totalmente alpina. El 12 de marzo salí del campamento base a 3.000 metros, hice 10 kilómetros y dormí en el campo intermedio, a 4.500 metros.

El día 14 ya pude superar el punto más alto nunca alcanzado con una bicilíndrica. La altitud era 6.157’5 metros. Cuando pude contactar con mi equipo les informé de que no podría seguir más. Se les cortó la respiración, porque nunca me habían oído decir ‘no puedo’ a un desafío. Los pedruscos de la montaña se comieron los neumáticos, literalmente, y ahí se acabó”, explica Pol entre risas. “Pero por lo demás, después de muchas secciones de terreno retorcido que había superado, tenía claro que hubiera podido llegar a la cima. Y aunque no llegáramos más arriba, ¡hicimos algo gigantesco!”.

Uno de los puntos clave de esta aventura iba a ser el cuerpo de Pol, y cómo iba a gestionar los desafíos de la altura. Sobre todo sabiendo el tipo de cosas que a Pol le encanta hacer. Él mismo lo explica así, haciéndolo sonar mucho menos desalentador de lo que realmente fue: “Claro que me cansé por la falta de oxígeno mientras seguía dando gas a la moto hacia arriba. Quemé 20.000 calorías cada jornada. Después de los 5.000 metros, la temperatura bajó a los 20 grados bajo cero.

Estaba sudando pero me estaba helando. Luego, unas vistas espectaculares se me abrieron, no puedo describirlas con palabras. No me había sentido nunca tan pequeño en mi vida. Ahí fuera no eres nada. Concentrado en cada movimiento, me olvidé del frío, de la sed y de la presión de no cometer errores. Mi moto sufrió mucho más que yo. Con todos los kilómetros que he recorrido y la experiencia técnica que tengo, nunca hubiera imaginado que una moto aguantara tanto. Por supuesto, habíamos cambiado la configuración del mapa de inyección, de los normales 5.500 a los 8.000 metros, pero por lo demás, la moto es la que es”.

Este primer intento consumado de establecer un nuevo récord de altitud demuestra que el piloto español ya nació predispuesto. Demuestra también que su Yamaha Ténéré 700 es capaz de más, incluso, ya pensando en alcanzar los 7.000 metros en el futuro.

Cerro Mercedario, uno de los picos más altos de los Andes, le ha proporcionado al piloto REV’IT! un lugar destacado en el Libro Guinness de los Récords: el motorista que más alto ha ascendido con una bicilíndrica.

Y como siempre con este hombre, la aventura continúa.

Visiona este corto que Pol Tarrés, los hermanos Echevarría y su equipo de Trece Racing Society hicieron de la ascensión. Podrás ver los desafíos que se les presentaron, y los duros trechos que no solo Pol, también su equipo de apoyo, tuvieron que superar. Una hazaña increíble, que es lo mínimo que se puede decir de ella, y que nos enorgullece haber podido patrocinar.

Sobrino de un siete veces campeón del mundo FIM de trial, el piloto REV’IT! Pol Tarrés nació para moverse sobre dos ruedas, o una si hace falta, por supuesto. Empezó calzándose unas botas de trial, siguiendo los pasos de su mundialmente famoso tío Jordi, pero rápidamente el piloto español desplegó sus intereses competitivos hacia el enduro extremo y compitió en rally raids. Pero por encima de todo, Pol Tarrés se ha dedicado a dejar boquiabiertos a sus fans de todo el mundo con vídeos en los que demuestra una capacidad brutal para controlar una motocicleta y su inacabable sed de aventuras.