Hora de comer. Descanso. Relax. Repostamos.A la 1 del mediodía en punto terminó la primera sesión del día. Fueron cuatro horas casi sin parar, en las que pudiste rebajar tus tiempos, pulir tu pilotaje, etc. La comida no pudo llegar en mejor momento. Los guantes y el mono Quantum 2 y el sotomono Supersonic hacen perfectamente su trabajo y mantienen nuestros cuerpos frescos, vuelta tras vuelta. Porque no se puede negar el esfuerzo sobrehumano que se requiere para dominar un moto deportiva de primer orden en un circuito rápido y revirado como Misano.
Entre bocados de nuestros bocadillos y tragos de agua fría, los instructores –que habían estado pendientes de nuestras habilidades durante toda la mañana–, conversaron con nosotros al respecto, y nos indicaron cómo mejorar de cara a la sesión de la tarde. Volvimos a la pista con más ganas, sabiendo dónde estaba nuestra capacidad de mejora. Esas explicaciones e indicaciones nos permitieron mantener ese “flow”, para que nuestro pilotaje tomara la buena dirección.